Sángre fácil
Esta película, la primera de los hermanos Coen hoy es quizá a veinte años de su estreno una obra de culto. En ella están sembrados cada una de las características que luego desarrollarían los Coen en el resto de sus películas.
La historia va de un hombre llamado Ray (John Getz) que descubre que su mujer lo engaña con un empleado y contrata a un detective privado (M. Emmet Walsh) para que los mate a ambos. El detective engaña a Ray y lo mata tras quedarse con el dinero que Ray le había prometido como paga por el doble asesinato. Hasta ahora todo en un cliché, pero a partir de allí se teje una historia extremadamente original de confusiones. Los Coen son famosos por reinventar géneros y vaya si lo logran en esta película.
Al mejor estilo Coen las transiciones están sumamente cuidadas y hay algunas como el pasaje de la noche al día a través de la toma fija de una ventana que ha pasado a la historia. Por otro lado la planificación de cada toma, de cada plano, es excelente y logra que cada imagen baje desde la pantalla hasta la retina del espectador explotando a la perfección todos los recursos del lenguaje cinematográfico.
Las actuaciones también son memorables y destaca la de Frances McDormand en su papel de esposa infiel y luego perseguida. Esta mujer luego de su pecado escapa permanentemente de la luz, lo cual se hace explícito en la escena final cuando en la oscuridad de una habitación la única luz que entra es la que van generando los disparos de bala que intentan matarla.
Por su fotografía, sus personajes, la historia y por ser la primer obra maestra de los Coen, Sángre fácil puede considerarse como un nuevo clásico.
La historia va de un hombre llamado Ray (John Getz) que descubre que su mujer lo engaña con un empleado y contrata a un detective privado (M. Emmet Walsh) para que los mate a ambos. El detective engaña a Ray y lo mata tras quedarse con el dinero que Ray le había prometido como paga por el doble asesinato. Hasta ahora todo en un cliché, pero a partir de allí se teje una historia extremadamente original de confusiones. Los Coen son famosos por reinventar géneros y vaya si lo logran en esta película.
Al mejor estilo Coen las transiciones están sumamente cuidadas y hay algunas como el pasaje de la noche al día a través de la toma fija de una ventana que ha pasado a la historia. Por otro lado la planificación de cada toma, de cada plano, es excelente y logra que cada imagen baje desde la pantalla hasta la retina del espectador explotando a la perfección todos los recursos del lenguaje cinematográfico.
Las actuaciones también son memorables y destaca la de Frances McDormand en su papel de esposa infiel y luego perseguida. Esta mujer luego de su pecado escapa permanentemente de la luz, lo cual se hace explícito en la escena final cuando en la oscuridad de una habitación la única luz que entra es la que van generando los disparos de bala que intentan matarla.
Por su fotografía, sus personajes, la historia y por ser la primer obra maestra de los Coen, Sángre fácil puede considerarse como un nuevo clásico.
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