Diarios de motocicleta
Ernesto Che Guevara siempre ha sido una figura rodeada de cierto misterio. Tal vez porque la gente de a pie no sepamos muy bien qué es lo que hay que tener para ser un libertador. ¿Requiere una gran humanidad? O por el contrario ¿requiere una sangre fría un tanto inhumana? El temor, la cobardía y el conformismo son rasgos casi más propios de la raza humana que la valentía y el idealismo.
Yo soy de esos humanos que se preguntan qué mueve a alguien a luchar por las injusticias sociales hasta arriesgar la vida y, como en el caso del Che, llegar a perderla. Por eso fui rápidamente al cine a ver DIARIOS DE MOTOCICLETA, basada en el cuaderno de diarios con el mismo nombre y escritos por Guevara en el propio viaje, dirigida por WALTES SALLES y protagonizada por GAEL GARCIA BERNAL y RODRIGO DE LA SERNA.
En la primera parte de la película un Joven Ernesto Guevara y su amigo comienzan su viaje en moto a lo largo del continente sudamericano. Es una primera parte más alocada, más libre, llena de andanzas, aventuras y altercados por los más bellos y dispares parajes de sudamérica. En esa primera parte uno casi se olvida de que ese joven tímido, inseguro, reflexivo y pausado es Ernesto Guevara.
Pero hay una segunda parte en la que se muestra al público un contacto directo con la pobreza más miserable. Casi a modo de entrevista Ernesto y su amigo Granados dialogan con mineros y campesinos explotados por caciques de todo tipo. Ernesto se indigna, y va desarrollando al máximo su sensibilidad y su capacidad solidaria.
Y la película termina con el fin del viaje. Ya en el aeropuerto, despidiéndose los dos amigos, Ernesto comenta que el viaje le ha hecho pensar, y que aún tiene que pensar mucho más porque tiene algunas ideas en al cabeza. Es el único momento de la película en que el personaje de Ernesto Guevara se puede relacionar con el que después fue el comandante Che Guevara.
Esta no es una película de viajes, aunque el público pueda disfrutar de preciosos planos panorámicos y de parajes sudamericanos como las ruinas de Machu Pichu. Es una película sobre la evolución de un pensamiento al estar en contacto con la realidad.
En definitiva es un buen film, con una historia bien contada, un ritmo ligero y un tema interesante que no cae en la tentación de las banalidades y efectismos estando tan cerca de algo tan literario y legendario como es el icono de la boina. Os la recomiendo, no como una película que hará eco en la historia del séptimo arte sino como un interesante documento que os puede hacer reflexionar sobre aspectos muy serios como la injusticia social.
Yo soy de esos humanos que se preguntan qué mueve a alguien a luchar por las injusticias sociales hasta arriesgar la vida y, como en el caso del Che, llegar a perderla. Por eso fui rápidamente al cine a ver DIARIOS DE MOTOCICLETA, basada en el cuaderno de diarios con el mismo nombre y escritos por Guevara en el propio viaje, dirigida por WALTES SALLES y protagonizada por GAEL GARCIA BERNAL y RODRIGO DE LA SERNA.
En la primera parte de la película un Joven Ernesto Guevara y su amigo comienzan su viaje en moto a lo largo del continente sudamericano. Es una primera parte más alocada, más libre, llena de andanzas, aventuras y altercados por los más bellos y dispares parajes de sudamérica. En esa primera parte uno casi se olvida de que ese joven tímido, inseguro, reflexivo y pausado es Ernesto Guevara.
Pero hay una segunda parte en la que se muestra al público un contacto directo con la pobreza más miserable. Casi a modo de entrevista Ernesto y su amigo Granados dialogan con mineros y campesinos explotados por caciques de todo tipo. Ernesto se indigna, y va desarrollando al máximo su sensibilidad y su capacidad solidaria.
Y la película termina con el fin del viaje. Ya en el aeropuerto, despidiéndose los dos amigos, Ernesto comenta que el viaje le ha hecho pensar, y que aún tiene que pensar mucho más porque tiene algunas ideas en al cabeza. Es el único momento de la película en que el personaje de Ernesto Guevara se puede relacionar con el que después fue el comandante Che Guevara.
Esta no es una película de viajes, aunque el público pueda disfrutar de preciosos planos panorámicos y de parajes sudamericanos como las ruinas de Machu Pichu. Es una película sobre la evolución de un pensamiento al estar en contacto con la realidad.
En definitiva es un buen film, con una historia bien contada, un ritmo ligero y un tema interesante que no cae en la tentación de las banalidades y efectismos estando tan cerca de algo tan literario y legendario como es el icono de la boina. Os la recomiendo, no como una película que hará eco en la historia del séptimo arte sino como un interesante documento que os puede hacer reflexionar sobre aspectos muy serios como la injusticia social.
5 comentarios
Miyinalouzo -
Pavoguze -
pablo -
tampoco creo que los ideales del che estén reducidos a estampas en camisetas. claro que es cierto que hay garrulos que las portan con orgullo, creyendose muy comprometidos por ello y que luego son capaces de mezclarlo con el problema vasco. lo de las estampas va a parte de los ideales del che, igual que el vaticano porco tiene que ver con Jesús. nunca hay que relacionar a grandes personajes con lo que otros montan alrededor de su figura.
Sonia -
Y en este caso nadie se acuerda de mencionar que el famoso Che era un auténtico niño de papa, que precisamente por eso se podía permitir hacer un viaje en moto como ése. Todo esto, independientemente de la causa que más tarde persiguió. Pero creo que nunca está mal mostrar las verdades completas, porque a medias siempre contienen vínculos con la mentira.
Los ideales del Che, a día de hoy, han quedado reducidos a poco más que estampas de su cara en camisetas, llaveros y todo un merchandising, que no comprendo muy bien en qué ayudan a su causa. Salvo aquellos que reciban los derechos de autor... que ya me gustaría saber a qué los destinan, y si tienen algo que ver con el amigo Guevara.
De hecho, es algo triste que se conozca más a una persona por que fulanito lleva una camiseta con su cara que por lo que hizo en sí.
Cosas del consumismo; cosas de la globalización.
elMelómano -